Por Alberto Sanagustín
En la
consulta del médico de familia suele presentarse mucha problemática de origen
psicológico o psicosocial.
Estas
quejas psicológicas pueden aparecer directamente, pero en muchas ocasiones se
ocultan detrás de quejas físicas.
En
otras ocasiones empeoran una patología orgánica establecida.
Algunos
pacientes perciben la influencia de lo mental en lo físico y viceversa. Lo
admiten.
En
otras ocasiones, no quieren ni oír hablar del tema.
¿Cómo
podemos explicar a los pacientes reticentes esta interrelación psicofísica?
¿Cómo
podemos explicarlo a los pacientes que lo admiten para que entiendan nuestras
intervenciones?
La
estrategia variará según el paciente, pero aquí expongo un esquema que a veces uso
en la consulta y es útil.
¿Cuál
es el origen de los estados mentales buenos (alegría, serenidad) o malos
(tristeza, ansiedad, ira)?
Explico que el origen de
nuestros estados mentales es múltiple, pero se puede simplificar en unos pasos
sencillos.
Por una parte hay acontecimientos, hechos, que nos
ocurren en la vida, y es la información bruta que llega a nosotros.
Esta información constante no nos llega directamente, sino a través de
un filtro.
Este filtro es muy importante porque determinará
nuestro estado mental.
Y éste, a su vez, tendrá consecuencias directas en
nuestra conducta.
Esas conductas influirán en el medio provocando
consecuencias que volverán a nosotros y cerrándose el círculo.
El esquema es:
Acontecimientos-filtro-estado mental-acciones
El esquema es:
Acontecimientos-filtro-estado mental-acciones
Esto se puede adaptar según el tipo de paciente, su edad y formación. En el vídeo
hago una demostración estándar.
El
tiempo disponible también influirá en este abordaje. A veces es posible explicarlo rápido y otras
veces habrá que establecer una visita concertada para dedicar más tiempo.
¿Dónde está el paso más importante en este “modelo”?
En el FILTRO inicial.
El filtro no es “algo” concreto, sino una variedad de
factores que influyen en cómo nos
sentiremos.
En primer lugar, nuestro cuerpo es una parte
fundamental de ese filtro.
Esto hace referencia a cómo respiramos, a la tensión
de nuestros músculos, a nuestra nutrición, al efecto de drogas y fármacos, a
nuestros genes, y a la forma en que nos movemos. Es algo que ya sabemos.
En segundo lugar que es muy importante es nuestro
pensamiento.
Puede ser en forma de diálogo interno o puede ser en forma
de imágenes que surgen de forma más o menos consciente.
Este diálogo interno y estas imágenes pueden ser de
muchos tipos.
Puede haber muchas errores y distorsiones en la forma
en que interpretamos la realidad.
¿De qué nos sirve esta introducción?
Para relacionarla con algunos de los síntomas que
puede presentar el paciente y plantear la lógica de algunas de nuestras
intervenciones.
¿Cómo podemos actuar sobre ese escurridizo estado
mental?
Si hemos visualizado el esquema anterior y que demuestro en el vídeo, es fácil. Podemos actuar a diversos niveles:
1.
En nuestras circunstancias: los hechos.
2.
En nuestra forma de actuar: conductas.
3.
En el filtro que comentábamos al inicio.
Muchas veces es en el filtro en donde tenemos más
poder, es decir, en nuestro cuerpo y en nuestros pensamientos.
Actuando a este nivel cambiaremos nuestras acciones y,
muchas veces, las circunstancias que nos rodean.
Este discurso, puedes acortarlo, alargarlo o
simplificarlo según las necesidades.
Al final, lo más importante es transmitir la idea de que
el componente subjetivo de nuestra experiencia es mucho más amplio de lo que
creemos.
Esto nos da un amplio margen para interpretar la
realidad que nos rodea y sentirnos mucho mejor o, al menos, un poco mejor.
De eso se trata.
Aquí dejo la explicación en vídeo. Suerte.