La rumiación es pensar demasiado, no dejar ir, no soltar, noo perdonar o no perdonarse.
Pensar en algo una y otra vez no es lo mismo que resolverlo.
A veces creemos que estamos procesando lo ocurrido; pero lo que hacemos es quedarnos atascados.
El problema es que una parte de ti sigue procesando esa discusión, esa culpa, ese “y si…”.
Aunque estés trabajando, hablando o intentando dormir Y lo peor es que, mientras seguimos dándole vueltas, no hay espacio para lo nuevo.
Ni claridad para el presente.
Por eso, en este vídeo te explico por qué pasa esto y cómo puedes evitarlo.
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Dr. Alberto Sanagustín
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