Búsquedas sobre uso de mascarillas y propagación de covid-19

Comento una investigación en la que encuentran que las búsquedas en Google sobre el uso de mascarillas se correlacionan con una menor propagación de COVID-19.

 

Transcripción

En este vídeo voy a comentar un trabajo de investigación sobre el uso de las mascarillas faciales o cubre bocas del mes de agosto. Lo voy a relacionar con otros estudios sobre la utilidad de las mascarillas faciales como medida de prevención para mitigar la propagación de la pandemia causada por el SARS-CoV-2. El trabajo lo titulan COVID-19 y el interés público en el uso de mascarillas faciales. Como digo, ha sido publicado el 1 de agosto de 2020 y los autores son de la Facultad de Medicina de la Universidad China de Hong Kong.

Dejaré la referencia en la parte inferior del vídeo, así como otras referencias... o en el primer comentario.

 

Entonces, ¿qué han hecho estos investigadores? Lo que han hecho ha sido recolectar información de Google tendencias y también de la incidencia global de COVID-19 en 42 localizaciones geográficas a lo largo de seis continentes. Concretamente, lo que han hecho ha sido buscar si había una correlación entre el volumen relativo de búsquedas del término "surgical mask", que significa mascarilla quirúrgica, y la propagación o extensión de la enfermedad, el COVID-19, en esas regiones.

 

¿Por qué los autores han tenido interés en investigar sobre el tema? 

Pues porque poco a poco se han ido poniendo en marcha políticas de uso de mascarillas o cubre bocas. Pueden ser en forma de sugerencias o en forma obligatoria en cada vez más países con el objetivo de enlentecer la propagación de la pandemia del COVID-19. El problema es que en algunas culturas son más resistentes a usar estos métodos que en otras. En países asiáticos, como por ejemplo en China y Japón, el uso de estas mascarillas durante la pandemia está omnipresente.

 

Consideran que es una cuestión de etiqueta de higiene respiratoria, pero en muchos países occidentales su uso público es menos común y hay resistencias. Esto ha llevado a los autores a preguntarse si el que haya una consciencia temprana sobre la utilidad o sobre el uso de mascarillas o cubre bocas podía ayudar a contener la propagación del virus. Y esto ha llevado también a los autores a analizar si el interés mostrado por la población regional de cada zona en el uso de mascarillas, ha afectado a la propagación del COVID-19.

 

Como digo, lo han hecho buscando una correlación entre las búsquedas relativas del término mascarilla quirúrgica o "surgical mask" y la incidencia del COVID-19 en estas mismas regiones.

 

¿Cuáles son los resultados de esta investigación?


Pues que en las zonas geográficas en las que ha habido un elevado número de búsquedas relativas de forma precoz del término mascarilla quirúrgica, "surgical mask", tienen un número más bajo de casos diarios en comparación con las regiones con menos búsquedas.

 

Una objeción podría ser si hay algún tipo de correlación o hay otros factores de confusión como las búsquedas de términos como distancia social, lavado de manos o por las respuestas específicas diferentes de cada gobierno regional.

 

Pero teniendo en cuenta estos otros factores, siguen observando que se mantiene estable el resultado. Entonces, llegan a la conclusión de que el interés público precoz o temprano en el uso de la mascarilla facial es un factor independiente importante en el control de la epidemia del COVID-19 a escala poblacional.

 

El ejemplo que ponen es Hong Kong donde el interés público por las mascarillas faciales es de los más altos. Lo curioso es que además de este alto índice de búsquedas relativas del término mascarilla facial de forma precoz cuando empezó la pandemia en Hong Kong, una encuesta reciente mostró que utilizaron la mascarilla facial un 98,8 % de los encuestados para prevenir... con el objetivo de prevenir el COVID-19 y que esta respuesta era más alta que otras medidas como el lavado de manos o el evitar multitudes o aglomeraciones. Es muy interesante esta observación porque la proximidad con la China occidental es evidente. Aparte de que hay un gran tráfico de pasajeros entre la China continental y Hong Kong, y a pesar de eso, el aumento del número de casos en la ciudad fue relativamente pequeño.

 

De acuerdo con estos datos, añadidos a otras pruebas científicas que voy a indicar a continuación, los autores consideran muy razonable sugerir el uso de mascarillas faciales para reducir el número de aerosoles y gotitas respiratorias con el virus SARS-CoV-2 y así poder mitigar la pandemia del COVID-19.

 

Hay múltiples estudios que han demostrado un papel protector del uso de mascarillas para la prevención de enfermedades respiratorias virales. Eso es así tanto en el ámbito de instalaciones sanitarias como domésticas. Por supuesto, es importante que haya adherencia a esta práctica por parte de la población para así obtener resultados.

 

Tenemos estudios de dinámica de fluidos que demuestran que las turbulencias de gas ocasionadas por la tos o los estornudos pueden propagarse hasta 7 u 8 metros de distancia. Y también tememos evidencia de que el SARS-CoV-2 puede sobrevivir en aerosoles hasta 3 horas después de provocarse o de causarse una nebulización. Esto haría insuficiente la distancia de seguridad de 1 a 2 metros.

 

Si a esto añadimos que podemos encontrarnos pacientes con muy pocos síntomas, presintomáticos e incluso asintomáticos con alta carga viral que pueden contagiar, todo esto sugiere que es más que razonable el defender un uso amplio de mascarillas faciales en la comunidad para controlar tanto los focos de infección y los brotes como para la protección individual.

 

Entonces, ¿qué hacer? Pues como es lógico, los autores sugieren que además de la higiene de manos y de la distancia social, se adopten medidas generalizadas de uso de mascarillas o cubre bocas como medida de prevención y de salud pública. Respecto a la pandemia, el objetivo es mitigar o disminuir la progresión de la enfermedad para evitar que haya un número de casos muy elevado y evitar el colapso sanitario, como hemos podido ver en muchas zonas geográficas.

 

Así evitaremos no solo la mortalidad por el SARS-CoV-2, sino la derivada de ese colapso sanitario.

 

Referencias

Wong SH, Teoh JYC, Leung CH, et al. COVID-19 and Public Interest in Face Mask Use. Am J Respir Crit Care Med. 2020;202(3):453-455. doi:10.1164/rccm.202004-1188LE

Leung NHL, Chu DKW, Shiu EYC, et al. Respiratory virus shedding in exhaled breath and efficacy of face masks [published correction appears in Nat Med. 2020 May 27;:]. Nat Med. 2020;26(5):676-680. doi:10.1038/s41591-020-0843-2 Radonovich LJ Jr, Simberkoff MS, Bessesen MT, et al. N95 Respirators vs Medical Masks for Preventing Influenza Among Health Care Personnel: A Randomized Clinical Trial. JAMA. 2019;322(9):824-833. doi:10.1001/jama.2019.11645 Cowling BJ, Chan KH, Fang VJ, et al. Facemasks and hand hygiene to prevent influenza transmission in households: a cluster randomized trial. Ann Intern Med. 2009;151(7):437-446. doi:10.7326/0003-4819-151-7-200910060-00142 Bourouiba L. Turbulent Gas Clouds and Respiratory Pathogen Emissions: Potential Implications for Reducing Transmission of COVID-19 [published online ahead of print, 2020 Mar 26]. JAMA. 2020;10.1001/jama.2020.4756. doi:10.1001/jama.2020.4756 van Doremalen N, Bushmaker T, Morris DH, et al. Aerosol and Surface Stability of SARS-CoV-2 as Compared with SARS-CoV-1. N Engl J Med. 2020;382(16):1564-1567. doi:10.1056/NEJMc2004973 Zou L, Ruan F, Huang M, et al. SARS-CoV-2 Viral Load in Upper Respiratory Specimens of Infected Patients. N Engl J Med. 2020;382(12):1177-1179. doi:10.1056/NEJMc2001737

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