El miedo a comer (sitofobia o fagofobia) se suele clasificar como un problema psicológico que consisten un temor a comer o tragar alimentos, pero también a pastillas.
Puede ser un miedo a atragantarse y que incluso se acompañe de sensación de que se les cierra la garganta.
A veces puede ser una forma de fobia social y solo presentarse cuando el paciente está comiendo en público.
Independientemente de las circunstancias concretas del trastorno puede dar lugar a una pérdida de peso y, en casos extremos, desnutrición.
Si el problema es de tipo mental, se tendrá que hacer un abordaje psicológico o psiquiátrico.
El tema es que habrá que descartar un problema orgánico.
En este vídeo hablo de ello:
Lo primero en que podemos pensar es un problema de faringe o esófago y que el miedo a comer sea una consecuencia de la disfagia.
Examinando estas estructuras lo puedes descartar.
Otro problema orgánico que conviene descartar es una isquemia mesentérica crónica.
Consiste en un estrechamiento de las arterias mesentéricas superior y celíaca de forma que disminuye el flujo de sangre al intestino.
Al comer, hay un aumento de demanda de sangre a ese nivel. La dificultad para que llegue esta causa el dolor por la consecuente isquemia: es una angina intestinal.
Esto puede generar pérdida de peso por una malabsorción, pero también por la disminución de la ingesta secundaria a los síntomas de la angina intestinal: dolor abdominal periumbilical y epigástrico, postpandrial (de media a una hora después de comer), y puede durar hasta tres horas.
Es normal que otro síntoma de la isquemia mesentérica crónica sea el miedo a comer como consecuencia del dolor que causa (postpandrialI.
La causa de la obstrucción arterial mesentérica suele ser aterosclerosis en la mayor parte de los casos, aunque puede ser debida a displasia fibromuscular o una vasculitis.
Si se sospecha, se diagnostica mediante una arteriografía y se valorará angioplastia o cirugía.
Habrá que controlar los factores de riesgo cardiovascular como el tabaquismo, hipertensión, hiperlipemia, etc.
Conclusión
En caso de un miedo a comer hay que descartar causas orgánicas que causen disfagia o dolor abdominal postpandrial como una isquemia mesentérica crónica.
Dr.Alberto Sanagustín
Que interesante. Gracias.
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